viernes, 23 de febrero de 2018

Lo sepamos o no, necesitamos una tribu


¿Alguna vez te has sentido sobrepasad@? ¿Alguna vez has pensado que te hacían falta dos manos más, dos oídos más, dos brazos más? ¿Alguna vez tu peque ha querido quedarse en el parque hasta caer rendido o llevarse a tooodos los amigos a su casa? O, por el contario, ¿alguna vez te ha dicho “vámonos ya solos a casa, que no quiero estar con niños...”? No creo, ¿verdad? A no ser que estuviera enfermo o que llevara muuucho tiempo sin tener un rato de calidad contigo... Y es que somos seres sociales por naturaleza...





Hace algunos años escuché un proverbio africano que reza “Para criar un niño, hace falta un pueblo entero” y no lo entendí, pero hace ya un tiempo que mi día a día me hizo comprender el significado.

Estamos diseñados (a todos los efectos) para vivir en sociedad, pero no me refiero a una como ésta en la que te cruzas constantemente con personas a las que no conoces y a las que no saludas, que te quedas sin sal y no sabes a qué puerta tocar, … Me refiero a LA TRIBU... Tanto los niños como los adultos necesitamos esa TRIBU, esa ayuda, ese “sabernos con las espaldas cubiertas” y no con la sensación de que toooodo depende de nosotros y de que si nos despistamos algo se va al garete... El estrés y la inseguridad permanente NO ES NATURAL...




Nuestros niños, por otro lado, al no estar condicionados externamente, nos piden aquello que sienten en su naturaleza:

*Moverse libremente de un lado a otro, sin pensar si fuera peligroso o no, porque el interior de un poblado suele ser un lugar de seguridad, no debería haber ningñun peligro (salvo en alguna situaciñon puntual), sino un entorno conocido y acogedor

*Hablar con las personas que nos rodean de forma espontánea. Lo natural es vivir en un entorno conocido y seguro, por lo tanto, los niños pueden relacionarse con las personas que encuentran a su alrededor con confianza, sin embargo, solemos advertirles “No hables con extraños”, inculcando así una sensación de riesgo en ellos que les genera desconfianza en su entorno, y razón tenemos.... pero no es natural, no es emocionalmente sano crecer o vivir pensando y sintiendo que lo que te rodea no es seguro....

*Jugar SIEMPRE y LIBREMENTE mientras la vida adulta se desarrolla a nuestro alrededor, crecemos y vamos aprendiendo, de manera natural, a relacionarnos, los oficios, habilidades, pautas, dinámicas... lo necesario...



De esta forma, cuando termina el día, nuestras necesidades la completo han sido satisfechas y podemos buscar un refugio (físico/emocional) para dormir.

Sin embargo, los adultos hemos olvidado cómo vivir en comuidad y nos criticamos y enjuiciamos. Para una pareja, abarcar todas las áreas que necesita su familia es demasiado, pero... ¿quién tiene tiempo para acompañar a nuestros niños? ¿y a nuestros mayores? La familia nuclear me parece insuficiente, pero, por otro lado, ya no sabemos relacionarnos de forma  sana, amable y respetuosa con las demás personas. Muchas veces o muchas personas sólo sabemos relacionarnos desde el ámbito laboral y, así, mientras los niños van detrás de nosotros (en el mejor de los casos) viendo cómo corremos de un lado a otro HACIENDO COSAS y peleando con las personas de nuestro entorno, se va pediendo la vida, una forma de vida en comunidad, en colaboración, en equilibrio. El sentido del ser humano y de trabajar es perpetuar la especie, sobrevivir, pero estamos transmitiendo el mensaje de que la especie, las nuevas generaciones que nacen, nuestros niños, no son los importantes... Les estamos mostrando con nuestra conducta que lo importante no son sus seres, su sentir, su vivir, sino trabajar más para TENER más, sin relacionarnos con nuestro entorno físico y humano y cuidarlo... Dedicarle tiempo y cariño... Todo el mundo entendería esto si hablásemos de una planta o de un cachorro animal...





Hace unas semanas que tuvimos que dejar la ecoaldea donde vivíamos (de esa experiencia tengo mucho para compartir) y me cuesta entender y aceptar otro tipo de vida en desequilibrio. No puedo evitar desear tener un entorno en el que podamos SER, nos sintamos seguros y protegidos fsica y emocionalmente y haya espacio para SER HUMANO, vivir plena y sanamente. Porque para mí, vivir así, implica:


  • Trabajar para vivir (y no al revés) en aquello que te apasiona y con lo que puedes aportar al resto de la humanidad
  • Tener un entorno social con el que te sientes feliz, aceptado, valorado y respetado.
  • Estar en equilibrio completo. Tener las necesidades básicas físicas y emocionales cubiertas.


Mira a los niños que te rodean y escúchales, ellos son naturales, originales, … Si se quejan, si están inconformes, es que algo a nuestro alrededor no marcha bien...

Seguiré buscando ese equilibrio... Porque si no lo sentimos, si no lo soñamos, no lo podemos crear...

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