jueves, 10 de enero de 2019

Estética y autoestima, ¿Quién las condiciona en nuestros hijos?




¿No sientes que hay temas que se repiten generación tras generación y a veces no sabemos cómo afrontarlos? Cuando entras en el mundo de la crianza consciente, creo que tod@s tenemos esos momentos en los que nos gustaría borrar todo el escenario que hay afuera y pintar uno nuevo. No nos gusta la clasificación por ropa que se hace entre niños y niñas, no nos gusta que nuestro hijo reciba el mensaje de que los chicos no lloran, ni que le regalen pelotas, que tienen que llevar el pelo corto, como tampoco nos gusta que regalen un carrito de muñecas a nuestra pequeña.... ¿Crees que podemos hacer algo para protegerlos de esos condicionamientos externos?


Además, vemos consecuencias de ello en la sociedad y no quisiéramos llegar a identificarnos con ellas. Por ejemplo, escuchas a muchas madres y padres de adolescentes cómo cada vez a una edad más temprana se preocupan demasiado por su imagen estética. Volcamos la responsabilidad en los medios de comunicación y las tiendas de ropa, pero te invito a reflexionar ¿Dónde ven esos anuncios publicitarios? En casa ¿Quién les acompaña a comprar ropa? Nosotr@s.


¿Vas a salir de casa con esos pelos? ¡A la cena no vas con esa ropa! ¡Al cumpleaños no puedes ir tan sucio....!!!! ¿Te has visto alguna vez en esta situación? Si ponemos un poco de atención, las vemos frecuentemente.


Cuando mi hijo mayor era pequeño aún, siempre lo llevaba vestido con pantalón chino y polo, pero no dejaba de ser nada más que una estética, si lo veía con la ropa muy sucia le comentaba "Te lo has pasado genial, ¿verdad?" En aquella época, yo también vestía con una estética más arreglada  y tacones pero cuando me pedía cogerlo en brazos no me salía por la boca el "No te puedo subir porque me manchas las ropa con los zapatos"


Es curioso cómo cada uno de tus hijos te enseña una cosa diferente, porque lo que me sucedió con Martina y Álex es que no les gustaba peinarse y, además, su pelo se enreda con mucha facilidad. Aunque el sentido de belleza es de tipo cultural, a todo nos gusta sentirnos guapos y no pienso que sea algo meramente estético, sino una sensación muy sana que cuida nuestra autoestima. Porque ¿te imaginas a un niño pequeño pensando que es feo? No es muy sano, ¿verdad? Y no creo que se limite a algo puramente físico.... Por la forma en que creció Martina, en el campo y con mucha libertad, a mí se me presentaba el problema de cómo transmitirle el cuidado físico, sin dañar su autoestima. Probablemente, alguna de vosotras también os encontréis con pequeñ@as que no se quieren vestir, cambiar de ropa cuando está sucia o cepillar el pelo. Además, también corren el riesgo de recibir comentarios desagradables de otras personas. En este punto me sentía bastante perdida, no quería dar demasiada importancia a su aspecto físico, pero sí me incomodaba un poco la situación. Se me ocurrían varias opciones: decirle "Así estás fea", obligarla o dejarla, pero no me sentía en paz con ninguna de ellas. Entonces se me ocurrió una estrategia con la que nos sentimos súper a gusto hasta el día de hoy.

Desde entonces, en casa yo siempre les digo que todas las personas SOMOS guapas, la diferencia que marcamos es que "ERES guapa, pero ESTÁS peinada o despeinada", "ERES guapa, pero ESTÁS limpia o sucia", "ERES guapa, pero ESTÁS vestida o desnuda"....  Hasta ahora, esta forma de comunicarnos nos ha venido genial, de manera que su autoestima no se ve afectada por los comentarios ni expectativas de nadie y ellos SABEN que SON guapos y pueden elegir cómo estar física o estéticamente.

Ellos aprenderán a dar importancia a lo que nosotros se la demos. Si un cantante famoso sale disfrazado a la calle, es vanguardista y crea tendencia, pero ¿permitimos que lo haga nuestra pequeña? La belleza estética es algo totalmente subjetivo. Podemos encontrar grandes diferencias sobre el ideal de belleza si nos fijamos en diferentes culturas, incluso si nos fijamos en nuestros vecinos. De hecho suele ser motivo de críticas entre adultos.... Entonces, si anteponemos nuestro respeto por nuestro hijo y nuestra buena relación, a la imposición de nuestras expectativas estéticas, estamos enviando el mensaje de que su aspecto es más importante que su bienestar interior y que, además, está sujeto a la satisfacción de los gustos de los demás... ¿Es eso lo que realmente pretendíamos????





Según mi punto de vista y experiencia, con este mensaje, nada ni nadie puede manipular su sensación ni su autoestima desde el exterior. Su valor como personas, su belleza, no está en manos de la opinión de la moda, ni de sus compañeros de clase, ni de su pareja, se encuentra en su interior y es inamovible. Puede que a nosotras no gustase que fueran peinados o vestido de una forma determinada, pero si nosotras mismas les manipulamos para cambiar y arreglarse según nuestro propio gusto estético o nuestras expectativas, dejaremos la puerta abierta para que siga buscando la aprobación en las demás personas que sean importantes en su vida, en el afuera, en lugar de guiarse por su propio interior.

A nosotros nos encanta esta forma de afrontarlo, ¿qué te parece a ti? ¿También te encuentras con esas situaciones? ¿Me cuentas tus métodos para afrontarlas? Seguro que juntas podemos enriquecernos.

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