viernes, 27 de julio de 2018

Rabietas. Qué nos dicen y qué podemos hacer



Hace unos diez años que empecé a encontrarme la famosa frase de  Rosa Jové "Quiéreme cuando menos lo merezca,  porque será cuando más lo necesite". La verdad es que no leí su libro y al principio no me conectaba del todo con su frase, pero poco a poco, he ido sintiéndola más y más claro.

En mi casa hemos tenido rabietas (todos) y aún las seguimos teniendo. Justo anoche fue la última!! A las doce de la noche llegamos de jugar en el parque y haber pasado tooodo el día en la piscina y Martina no se aguantaba ni ella misma.... Y es que el verano es taaaan divertido..... y taaaannn cansado...... Es el primer año que salimos por la noche, siempre he sido muy fiel a mi idea de que "los niños tienen que acostarse pronto porque es bueno para ellos", pero a esas horas todos los niños del pueblo estaban en la calle y lo pasan taaaannn bien..... se está taaannnn fresquito..... Bueno, después de pedirme una decena de cosas que necesitaba inmediatamente para "sentirse bien", la senté sobre mis piernas y, con un abrazo, le expliqué que estaba tan cansada que creía que necesitaba algo para sentirse mejor, pero que lo que realmente necesitaba era relajarse y descansar y que la iba a ayudar haciendo las cosas que decía necesitar pero una tras otra y con tranquilidad. Este acto de parar, nombrar y conectar, cambió todo el escenario y dejamos de escuchar sus gritos desesperados de auxilio.

Hay una frase de Yvonne Laborda con la que conecto mucho y que, a veces, ya la nombran incluso mis peques y es que "alguien que se siente bien, se comporta bien, mientras que alguien que se siente mal, expresará su malestar de alguna forma".

Adoramos a nuestros hijos, sobre todo cuando nacen, que son bebés monísimos. empiezan a crecer y, poco a poco, van haciendo cositas graciosas que provocan que se nos caiga la baba. Pero empieza a haber un momento en que comenzamos a tener diferencias, a chocar y ya no es todo tan mono. Es entonces cuando alguien te dice por la calle: "Disfrútalo ahora porque a partir de los 5 años se ponen insoportables". Nunca sentí esta frase en mi interior, nunca me gustó que me la dijeran y nunca estuve de acuerdo. ¿Cómo nos sentiríamos nosotr@s si oímos que le dicen algo similar a nuestra pareja cuando llevamos 6 meses de idílica relación?

¿Qué es lo que sucede para que ese bebé tan adorable se vuelva contra nosotros? ¿Qué puede haber sucedido para que hayamos cambiado nuestros abrazos y achuchones por gritos y amenazas? Lo que ha sucedido es que el bebé ha crecido y ahora reclama que él también quiere elegir, que es una persona individual con sus gustos y preferencias y que ya no quiere seguir renunciando siempre a ellos en pro de los nuetros. Ahora va a poder expresar, si no lo ha hecho antes, o bien no hemos captado sus mensajes, aquellas necesidades o preferenciasque no están siendo tenidas en cuenta.

Dedicarles tiempo en exclusiva les hace sentir que son importantes para nosotros y ayuda a su bien-estar. Cuando se sienten bien, se comportan bien. Cuando nos sentimos bien, nos comportamos bien.


Durante todos estos años he leído bastante sobre crianza consciente, pero no os voy a hablar sobre lo que yo he leído, si no sobre lo que he vivido y experimentado. Y mi experiencia es que los niños aguantan carros y carretas con tal de estar con nosotros y de que nos sintamos felices con ellos, pero todo tienen un límite, incluso para ellos. Os propongo un ejercicio: Imaginemos que encontramos a la pareja ideal, nos cuida, nos hace sentir especial, nos lleva a lugares divertidos, nos escucha, se interesa por nuestro bienestar... y su voluntad es que nos sintamos satisfechas.... (Sería la etapa de bebé de nuestros pequeños en la que no nos cuesta satisfacerlos) Pero las cosas empiezan a cambiar y, como nos ve taaaan feclices, empieza a dedicarse a sus asuntos, a trabajar sin parar, pretendiendo que le acompañemos siempre a lugares de trabajo que no nos interesan, sin tiempo para escucharnos.... pero pretendiendo que sigamos del mismo buen humor. Al principio podremos entenderlo, pero llegará un momento en que ya no podamos aguantar más y tengamos una pataleta.

Pues eso es lo que a veces pasa con nuestros pequeños. Ellos están interesados en jugar, en conectarse con las personas y en disfrutar del momento. En muchas de esas ocasiones nosotros tenemos prisas o estamos pensando en obligaciones.


No soy nada aficionada a las nuevas tecnologías ni a los videojuegos, pero a él le gustan y para él es importante mi apoyo y mi aprobación.  El ratito que pasamos jugando juntos le recargó las pilas y estaba súper feliz de mostrarme cómo funciona todo y que yo le siguiera. Verle así de satisfecho merece la pena, ayuda a su bien-estar y estrecha nuestra relación.



En estos días verano hay muchas tentaciones como helados, dulces extras, estamos cansados por los viajes o salidas a la playa.... también pasamos juntos más tiempo de lo habitual debido a las vacaciones y puede que todo esto junto pueda provocar más roces. Os animo a que bajemos el ritmo, dediquemos tiempo a las personas, nos sentemos durante un rato al día con cada uno de los miembros de nuestra casa y le hagamos sentir que nos interesan sus intereses y que estaremos siempre ahí. Estos ratitos de conexión nos serán útiles para cuando surjan otros momentos de rabieta o de no poder satisfacer sus necesidades o apetencias por cualquier motivo. En esos momentos, os invito a parar un segundo para respirar, mirar a esa personita y conectar con su sensación. Si está llorando o gritando o hablando mal, no es posible que se sienta bien y, si se siente mal, necesitará ayuda... ¿Cómo te sientes tú cuando gritas o te desesperas? ¿Qué necesitas en esos momentos límites y razonamientos o ayuda y comprensión?


Marcos tenía ganas de ir a una pastelería y comer tantos pasteles como pudiera. En uno de nuestros tiempos especiales a solas, le acompañé y eligió dos pastelitos, con idea de pedir luego más. No pudo acabar el segundo y pidió una bandeja para llevar a casa unos cuantos para sus hermanos.



A veces no podemos estar con nuestros pequeños todo el tiempo que necesitan, a veces no podemos satisfacer todas sus necesidades, pero lo que sí podemos hacer y seguro que les ayuda es parar y dedicarles ese momento de escucha y conexión. Creo que eso ayuda cualquiera.

¿Te ayuda a ti? ¿Qué te funciona a ti cuando sientes frustración, soledad o incomprensión?

Si crees que este artículo puede ayudar a otras personas, puedes compartirlo.  Feliz fin de semana!!!    😘😘😘

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Me encanta recibir vuestros comentarios. Me hace mucha ilusión porque las personas y las experiencias son la esencia de este blog.